miércoles, 1 de marzo de 2017

CIRCULACIÓN MAYOR O SISTEMICA Y CIRCULACIÓN PULMONAR.

CIRCULACIÓN MAYOR O SISTEMICA Y CIRCULACIÓN PULMONAR.

Circulación Mayor o Sistémica o General.- El recorrido de la sangre comienza en el ventrículo izquierdo del corazón, cargada de oxígeno, y se extiende por la arteria aorta y sus ramas arteriales hasta el sistema capilar, donde se forman las venas que contienen sangre pobre en oxígeno. Desembocan en una de las dos ((venas cavas)) (superior e inferior) que drenan en la aurícula derecha del corazón.

En la circulación general o mayor, la sangre cargada de oxígeno sale por la arteria aorta y da la vuelta a todo el cuerpo antes de retornar al corazón a través de la vena cava.
 
La sangre oxigenada sale del ventrículo izquierdo a través de la arteria aorta. De inmediato origina sus primeras ramificaciones: las arterias coronarias que irrigan las paredes del corazón.

La aorta en sus comienzos es ascendente. Después se curva hacia la izquierda formando el cayado aórtico y tiene luego un recorrido descendente. Durante todo su trayecto va dando origen a otras arterias, que a su vez, se ramifican nuevamente. A través de estas la sangre es conducida hasta todos los tejidos del cuerpo.
En los tejidos se originan capilares, que forman densas redes, en los cuales tienen lugar diversos intercambios. La sangre cede oxigeno y recibe dióxido de carbono transformándose así de oxigenada a carboxigenada. Además, cede a las células sustancias alimenticias y recoge las materias de desecho producidas por estas.
La sangre carboxigenada fluye hacia las vénulas que, al unirse, originan otros vasos de mayor calibre: las venas. A su vez estas van a desembocar en dos grandes venas, la vena cava superior y la vena cava inferior.
Por medio de las venas cavas la sangre regresa al corazón, penetrando en la aurícula derecha.
Sale del ventrículo izquierdo sigue por la aorta por todo el organismo. Vuelve de todo el organismo por medio de las cavas superior  y inferior. Estas cavas desembocan en la aurícula derecha.
Circulación Menor o Pulmonar.- Del ventrículo derecho se origina la arteria pulmonar que se ramifica y llega a cada pulmón. En los pulmones, la arteria pulmonar se capilariza y es aquí donde se realiza la perdida del CO2 y ganancia de O2 transformándose la sangre venosa en arterial. La sangre oxigenada regresa al corazón por cuatro venas pulmonares, terminando esta circulación con la desembocadura en la aurícula izquierda.

TRANSFORMACION DE LA ENERGIA EN EL SISTEMA CIRCULATORIO.

Energía y metabolismo
En el transcurso del proceso evolutivo aparecieron animales con una mayor complejidad estructural y un mayor tamaño, y con mayores necesidades energéticas. Entre esos animales, fueron favorecidos los que adquirieron órganos especializados en la captación de oxígeno -como las branquias y pulmones- y un tejido conectivo fluido -en el caso de los vertebrados, la sangre- capaz de transportarlo hasta las células.
En la actualidad coexisten organismos de una gran diversidad de sistemas cardiovasculares. Básicamente, todos consisten en una red de conductos por los que circula un fluido - como la sangre- y una o varias bombas -como el corazón- capaces de generar el trabajo necesario para esta circulación.
La sangre es la encargada del transporte del oxígeno, los nutrientes y otras moléculas esenciales, así como los productos de desecho. Ésta se compone de plasma, eritrocitos, leucocitos y plaquetas. El plasma, la parte fluida de la sangre, es una solución acuosa en la que están disueltos y suspendidos nutrientes, productos de desechos, sales capaces de regular el pH sanguíneo, anticuerpos, hormonas, proteínas plasmáticas y otras sustancias.
En los vertebrados, la sangre circula a través de un circuito cerrado de vasos sanguíneos: arterias, arteriolas, capilares, vénulas y venas. Esta red, que incluye tanto al circuito pulmonar como al sistémico, finalmente alcanza a cada célula del cuerpo. La función principal del sistema circulatorio es llevada a cabo en los capilares, donde se intercambian sustancias entre la sangre y el fluido intersticial que rodea a las células individuales del cuerpo.
La sangre fluye a través del organismo por el sistema vascular gracias a la existencia de un órgano capaz de generar la fuerza necesaria para impulsarla: el corazón. Los cambios evolutivos en la estructura del corazón de los vertebrados pueden relacionarse globalmente con cambios en las tasas metabólicas y en el nivel de actividad de los animales.
El corazón no es solamente un órgano que bombea sangre; también es capaz de secretar sustancias que regulan su propio funcionamiento.
En el sistema circulatorio, el gasto cardíaco genera la presión sanguínea, que es una medida de la fuerza por unidad de área que la sangre ejerce sobre las paredes de los vasos sanguíneos. La presión sanguínea no sólo depende del gasto cardíaco, que genera un flujo de sangre en el sistema vascular, sino también de la resistencia que el sistema opone al paso de la sangre. Esta resistencia está gobernada, en gran medida, por el radio de las arteriolas, elemento clave en la regulación de la presión arterial.
La actividad del sistema nervioso autónomo que controla la musculatura lisa de las arteriolas, al igual que la que regula el ritmo y la fuerza del latido cardíaco, está regulada por un área de la médula llamada centro de regulación cardiovascular.

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